Europa: Culture Action Europe publica un informe sobre el Estado de la cultura

  • 12 Nov, 2024
  • Leire Gutierrez Vázquez
CulturaEuropa

Leire Gutiérrez Vázquez.

El 15 de octubre de 2024, Culture Action Europe (CAE), principal red europea intersectorial que reúne a miembros y socios estratégicos de todos los ámbitos de la cultura publicó el “Estado de la Cultura” (State of Culture). El documento tiene por objeto proporcionar una reflexión crítica y actual sobre la situación del sector cultural en Europa, mediante el análisis de las políticas culturales tanto nacionales como de la Unión Europea, conociendo la opinión de los principales actores del sector cultural.

El informe defiende que la cultura debe ser valorada por su intrínseca capacidad para unir a las personas y fomentar el diálogo y la reflexión crítica, aspectos esenciales para el funcionamiento de una democracia saludable. Por ello, pone de manifiesto la importancia del apoyo político y de las instituciones públicas a la cultura, y destaca que hay “cierta marginación” de la cultura en la agenda política, que no forma parte de los 17 “Objetivos de Desarrollo Sostenible” para 2030 fijados por la Organización de Naciones Unidas (ONU), dado que solo se menciona como un indicador para un número limitado de objetivos específicos.

También resalta la necesidad de un cambio en la forma en que se percibe y se apoya la cultura, un sector que enfrenta desafíos significativos, y que es crucial que se valore la cultura por su capacidad de enriquecer la vida social, fomentar la diversidad y contribuir a una sociedad más justa y sostenible. Para ello, la CAE plasma en 10 reflexiones clave, los resultados de su investigación, y que considera se deben tener en cuenta para mejorar la situación cultural en Europa:

1. Instrumentalización de la cultura

La cultura debe ser celebrada por su valor intrínseco y sus méritos únicos. En la actualidad está siendo relegada a un papel secundario en lo que respecta a las políticas culturales en Europa, dado que, en vez de ser vista como una expresión artística y cultural esencial, se ha comenzado a considerar principalmente como una herramienta para lograr objetivos externos (como el desarrollo económico o la cohesión social). Esta situación deriva en que no hay mejoras significativas en la situación del sector, como es el caso del aumento en inversión pública.

2. Brecha de valor entre los legisladores culturales y el sector

El sector cultural se percibe a sí mismo como un motor fundamental para el progreso social y la democracia, pero se resiste a ser “instrumentalizado de manera estrecha para estos fines”. Esto genera una contradicción entre cómo se entiende y se aplica el papel de la cultura en el discurso político y cómo el propio sector se percibe a sí mismo.

3. Disminución de la confianza en el sector cultural

La cultura no recibe la confianza que necesita, lo que provoca que las instituciones culturales se adapten a una visión más instrumental, lo que, a su vez, reduce la capacidad de innovar y transformar la sociedad.

4. Impacto de la inteligencia artificial en la creatividad humana

A medida que la inteligencia artificial (IA) se integra en diversas áreas, existe una falta de comprensión y regulación en torno a sus implicaciones para la creatividad humana. Ningún sector ni práctica artística debería verse amenazado por la extinción debido a las fuerzas del mercado o la competencia con la inteligencia artificial. El documento recomienda que los gobiernos implementen estrategias para garantizar que las diversas industrias culturales sigan siendo accesibles al público.

5. Autonomía de la cultura ante nuevas amenazas a la libertad artística

Existe preocupación por la interacción que tienen la cultura y la política. Con el auge de ciertos movimientos políticos que ven a la cultura como una herramienta para “consolidar identidades nacionales”, preocupa la libertad artística y la diversidad cultural. Los artistas y las instituciones enfrentan desafíos que incluyen la autocensura y la presión para equilibrar su libertad creativa con la responsabilidad social, lo que puede limitar su capacidad de expresión.

6. Pasado y futuro de la cultura

Se reconoce a la cultura como un catalizador crucial para su papel en la construcción de una Europa unida y plural. Si bien se destaca que es importante celebrar y aprender del pasado, también es vital que se reconozca y valore el potencial de la cultura para imaginar y crear un futuro más inclusivo y sostenible.

7. Cultura y democracia

Para que Europa se convierta en un lugar donde todos sus ciudadanos se sientan parte, es necesario desarrollar narrativas que sean pluralistas e inclusivas, es decir, que reconozcan y valoren la diversidad cultural en la región y que imaginen un futuro colectivo. Estas narrativas deben incorporar no solo el patrimonio y la historia, sino también los valores y costumbres actuales, abordando al mismo tiempo los retos contemporáneos que enfrenta Europa, como las desigualdades sociales, la migración y el cambio climático.

8. Cultura y cambio climático

En una sociedad cada vez más polarizada, las políticas culturales se centran en reducir el impacto ambiental de la cultura o protegerla del cambio climático. En este sentido, opinan que es fundamental incluir “la cultura como un objetivo independiente en las agendas de sostenibilidad”.

9. El papel de la Unión Europea

A pesar de las limitaciones legales en el ámbito cultural, la UE tiene el potencial de impulsar enfoques innovadores en la política cultural, a través de la financiación, las políticas públicas y la creación de espacios que permitan fomentar la innovación cultural en Europa.

10. Integración política de la cultura

El sector cultural se enfrenta a una situación de gran vulnerabilidad debido a las múltiples crisis, y por ello es necesario que la cultura se integre en las agendas políticas y que esta sea reconocida y establecida como un campo legítimo en el ámbito político. Por ello, para que la cultura pueda prosperar y cumplir su función vital en la sociedad, debe fomentarse una política que brinde confianza y autonomía a los actores culturales, promueva un compromiso social amplio con las artes, y se establezcan condiciones laborales sostenibles para todos los trabajadores del ecosistema cultural.

Fuentes: Culture Action Europe (State of Culture).

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